por Vito Amalfitano
Edgardo Bauza le contestó a LA CAPITAL en la noche jueves en el Malvinas Argentinas de Mendoza, tras la victoria ante Uruguay por 1 a 0, que “es muy posible que no cambie el dibujo” en el partido del martes en Mérida ante Venezuela, por una nueva fecha de las Eliminatorias que ya lidera la Selección Argentina de fútbol que dirige, y pese a que no podrá contar con Paulo Dybala, suspendido, y con Lionel Messi por lesión.
Unos minutos antes, sentado en la misma silla que Bauza, en la misma sala de conferencias, “el Maestro” Oscar Washington Tabarez, DT de Uruguay, había afirmado que “los planteos no son los que ganan los partidos”. Para después explicar que al fútbol se gana por el valor de los jugadores y por las circunstancias de un encuentro, como puede ser la incidencia de un arbitraje (y en ese último punto sí coincidieron ambos entrenadores porque hablaron de un exceso de tarjetas amarillas).
Tabárez lo definió con más simpleza aún: “Argentina tiene a Messi”. Y después se desarmó en elogios para Lio. Y la verdad es que más allá de los planteos, y de este trámite determinado, Argentina le ganó a Uruguay el jueves sí por la incidencia de Messi. En un partido cerrado y parejo fue quien inclinó la balanza con un par de destellos, el único que quebró el vallado defensivo uruguayo con un par de incursiones, una de las cuáles provocó el rebote que determinó el único gol del encuentro. El jugador, y las circunstancias.
Bauza podrá insistir en no cambiar “el dibujo” pero no será de ninguna manera lo mismo ese pentagrama sin Messi, y aún con o sin Dybala. Quien reemplace al jugador de Juventus será un jugador de otras características, parecidas o no, nunca iguales. Una de las alternativas es Ever Banega, y ese es un punto clave en cuestión para el cambio que experimentó la Selección con el nuevo entrenador.
La Selección está primera en las Eliminatorias no solo por el triunfo del jueves, sino por la notable levantada desde el empate con Brasil del local y el triunfo del año pasado en Barranquilla ante Colombia, en la última serie de Eliminatorias de 2015. La saga favorable se completó con un notable triunfo de visitante ante Chile en Santiago en marzo. En todo ese período, e incluso en la nueva victoria ante los trasandinos en el comienzo de la Copa América, sin Messi, el mejor jugador de la Selección fue Ever Banega, en una función de enlace/enganche que Martino entendía esencial. Bauza, evidentemente, reniega de esa especialización, o al menos no la considera imprescindible. Sino no se entiende que al estar 1 a 0 arriba y con un hombre menos no haya recurrido al ex hombre de Boca para garantizar una mayor tenencia de pelota cuando se venía Uruguay. “Armamos dos líneas de cuatro y dejé a Messi suelto”, explicó. Lo dejó solo, habría que agregar. Tanto como los aislados Pratto o Alario, quienes terminaron sí bajando pero para contribuir en tareas defensivas.
Bauza entiende que con la “tripleta” de medias puntas, para llamarlo de alguna manera, cubre necesidades que no ve resueltas con un enlace por delante de los dos volantes de contención, Mascherano y Biglia. Y quien lo observa desde afuera puede analizarlo exactamente al revés. Y el entrenador ve cosas que uno no ve o que no pasaron. También él sabrá porque estuvo tanto tiempo en cancha Di María, a la luz de su improductividad y no se pensó justamente en Banega para mejorar una tenencia que para el técnico, lo dijo, fue suficiente en el segundo tiempo.
Alcanzó, es cierto, por el resultado, no por el juego. Y porque Uruguay fue demasiado inofensivo y no supo aprovechar el hombre de más. Todo es según con el cristal con que se mire.